jueves, 12 de marzo de 2009

Lenguas de Italia



El idioma italiano es el idioma oficial de Italia, que es una lengua neolatina de la que derivan también otros dialectos de la Península Itálica, como el lombardo o el napolitano. En el territorio de la República italiana se hablan no sólo lenguas romances, sino también lenguas germánicas, lenguas eslavas, griego y albanés.

La lengua oficial del Estado italiano desciende históricamente del Toscano literario, cuyo uso se inició con los grandes escritores Dante, Petrarca y Bocaccio hacia el 1300 y siguió evolucionando históricamente hasta llegar al Italiano común. La lengua italiana era hablada sólo por una minoría en el momento de la unificación política del Reino de Italia en el 1861, pero se difundió enseguida gracias a la educación obligatoria y a la determinante contribución de la reciente televisión, que han aumentado la cantidad de italianos que tienen al Italiano como lengua materna.

Según un estudio reciente el 44% de los italianos hablan de modo exclusivo o prevalente el italiano, un 51% lo alterna con un dialecto u otra lengua y un 5% habla exclusivamente un dialecto u otro idioma distinto del italiano.

Origen de las lenguas de Italia
Muchas de las regiones de Italia tenían ya diferentes sustratos lingüísticos antes de que los romanos conquistaran Italia: el norte de Italia tenía un sustrato celta (esta parte de Italia era conocida como Gallia Cisalpina), un sustrato ligur o un sustrato veneciano. El centro de Italia tenía sustrato etrusco y el sur de Italia sustrato itálico o griego.

Debido a la separación histórica en muchos pequeños estados y a su colonización por parte de las potencias extranjeras (especialmente Francia, España y Austria), separación que iba desde la caída del Imperio Romano de Occidente hasta la Unificación de Italia en 1861, ha habido una amplia oportunidad para la diversificación lingüística.

Sin embargo los Estados sometidos utilizaban como lengua oficial el idioma de las potencias extranjeras y los Estados independientes (como por ejemplo el Vaticano) siguieron manteniendo el latín como el idioma oficial. Raramente se usaban las lenguas vernáculas para los documentos oficiales y normalmente la gramática de estas no estaba normalizada. Las personas que podían escribir, en privado, usaban su lengua como manera informal de escribir notas, como lo hizo el da Vinci de Leonardo, que sin embargo, utilizaba el latín para publicaciones más importantes.

La cuestión de sintetizar los dialectos existentes en un Italiano estándar era la meta principal en la vida de Alessandro Manzoni, que luchó por construir un idioma nacional basado principalmente en el toscano, que había ganado prestigio desde que Dante Alighieri lo utilizara para escribir la Divina Comedia.

Por lo tanto sería un error para utilizar la expresión "dialectos del italiano", puesto que no derivaron del italiano, sino del latín vulgar: era italiano el derivado de esos dialectos y no al contrario.

Los dialectos siguieron siendo el habla más común entre la población italiana hasta la década de los 50. A partir de ese momento el italiano estándar empieza a ser aceptado gradualmente como la lengua nacional debido a su cada vez más común uso en la literatura. Hasta la segunda guerra mundial las clases más bajas, que no podían costearse una educación, siguieron hablando sus propios dialectos. Probablemente fue este período cuando se dejó de usar dialectos en público, puesto que era una muestra de bajo estatus social.

Uso actual
La solución para la llamada cuestión del lenguaje que había preocupado a Manzoni vino de la televisión. Su popularización fue el principal factor que convirtió al Italiano en la lengua nacional. Durante el mismo periodo muchos sureños emigraron al norte en busca de trabajo. Los sindicatos de gran alcance, que querían mantener a los trabajadores unidos, hicieron una exitosa campaña contra el uso de los idiomas regionales y de los dialectos. Esta campaña permitió los sureños, cuyos idiomas regionales no eran mutuamente inteligibles con los norteños, integrarse utilizando el italiano estándar. La gran cantidad de matrimonios mixtos, especialmente en las grandes ciudades industriales como Milán y Turín, dio lugar a una generación que podría hablar solamente italiano estándar y solamente entender algunos de los dialectos de sus padres.
Como resultado de estos fenómenos, los idiomas regionales están más arraigados en el sur (donde no se produjo el fenómeno de la inmigración), en las áreas rurales (donde hubo menos influencia sindicalista) y entre las viejas generaciones. El no poder hablar italiano es todavía hoy un estigma.
Además, el original de la Constitución italiana está redactado en italiano. Por otro lado, en los procesos penales y civiles es obligado el uso del italiano.
En cuanto a las otras lenguas, la Constitución expresa en el artículo sexto lo siguiente:
...La República protegerá, mediante las normas adecuadas, a las minorías lingüísticas.
Actuando de acuerdo a ese artículo, el Parlamento ha concedido estatus oficial, con una ley de 1999, a otros doce idiomas: ladino, alemán, francés, catalán, occitano, idioma franco-provenzal, esloveno, albanés, griego, sardo, y croata. Estas lenguas, en las zonas en las que se hablan, deben de ser usadas en igual de condiciones con el italiano, deben ser enseñadas en las escuelas y deben usarse en retransmisiones de la RAI. Además de las leyes nacionales, varios estatutos regionales han reconocido la oficialidad de diversas lenguas en sus territorios. Así, el ya mencionado estatuto de Trentino-Alto Adigio reconoce al alemán y el estatuto del Valle de Aosta da oficialidad al francés. Por su parte, en el estatuto de Piamonte se fomentan el occitano, el franco-provenzal y el walser, una variente del alemán, además la región del Véneto ha reconocido desde marzo la lengua vèneta como idioma "natural" del pueblo vèneto.

Lenguas romances
Galo-rético Francés
Franco-provenzal
Valdôtain (Valdoten)
Faeto

Ibero-Romance Provenzal-Occitano
Alguerés

Galo-Italiano Piamontés
Lombardo
Insubre
Orobico
Ligur
Dialecto Ligur Genovés
Dialecto Ligur Mentonasco
Dialecto Ligur Monegasco
Dialecto Ligur Intemelio
Emiliano-romañolo
Emiliano
Romañolo
Veneciano

Retorrománico- El friulano se habla en la provincia de Gorizia, Pordenone, Udine y Venecia. Es reconocida oficialmente en la región autónoma de Friuli-Venezia Giulia, como "lengua de la comunidad regional", siendo usada en todos los ambitos sociales.

El Ladino es hablado en las montañas de las Dolomitas en Italia, entre las regiones Trentino-Alto Adigio y el Véneto. Es reconocido oficialmente en la región de Trentino-Alto Adigio.

Italo-dalmático Toscano (la base del Italiano moderno)
Corso
Galurés (considerado por algunos autores una variación del Sardo)
Sasarés (considerado por algunos autores una variación del Corso, por algunos otros del Sardo)
Italiano centrale (Central Italian)
Umbrian
Marchigiano
Romanesco
Laziale
Napolitano
Calabrés y otras lenguas meridionales de Italia.

Judeorromances udeoitaliano (Tipo de lengua judía, término acuñado a mediados del siglo XX. Es hablado por una pequeña minoría de judíos en Italia.)

Siciliano Siciliano
Calabrés
Salentino
Sardo Sardo arborés
Sardo campidanés
Sardo logudorés
Sardo nuorés
Sasarés (Considerado por varios autores como una variación del Corso, por otros una lengua)
Galurés (Considerado por varios autores como una variación del Corso, por otros una lengua)

Lenguas germánicas Se habla alemán al noreste de Italia, en Friuli-Venecia Julia, en Véneto y sobre todo en Trentino-Alto Adigio. Todo el grupo germanoparlante del noreste de Italia pertenece al grupo bávaro. En Friuli-Venecia Julia también se encuentran hablantes cimbrios. Por último, en Piamonte existe una importante comunidad hablante de Walser, una variante del alemán de tipo alemánico. Es similar al dialecto hablado en el cantón suizo del Valais.

Lenguas albanas En la Italia meridional y Sicilia hay varias islas de lengua Arbëreshë. Descendientes directos de los albaneses que se refugiaron en Italia en los siglos XV y XVI tras la muerte de Skanderbeg e invasión del territorio Albano por parte de los Otomanos en 1478.

Lenguas griegas En la histórica región de la Magna Grecia, sur de Calabria (Bovesia) y sur de Apulia (Grecia Salentina), se habla un dialecto del Griego moderno llamado grico. El principal enclave se encuentra en Lecce y el segundo en Talsano (al sur de Tarento).

Hacia el 1900 el 80% de los habitantes de la Península Salentina (el "tacón" de la "bota italiana") hablaba el "grico" mientras que hacia el 2001 el porcentaje se había reducido a aproximadamente un 30%. El grico hoy está aceptado por Italia como una lengua de minoría étnica nativa en la llamada Grecia Salentina.

Lenguas eslavas En Italia existe dos focos donde se habla lenguas eslavas, en las provincias de Trieste, Udine, y Gorizia de la región de Friuli-Venecia Julia se habla esloveno y en una pequeña comunidad de la provincia de Campobasso (región de Molise) Croata Slavisano. La comunidad slavisana se limita a tres municipios de la provincia, a unos 30 km del Adriático: Acquaviva Collecroce (Živavoda-Kruč), Montemitro (Mundimitar) y San Felice del Molise (Stifilić).

Lenguas indo-arias En Italia el pueblo gitano (itinerante), es en su mayoría del grupo Sinti, habla dos lenguas de origen Indio. En el norte y centro prima el Sinti, y se les llama zingari (del griego, intocables), en Abruzo y el sur de la península se habla Romaní, y se les llama Rom (del Romaní, persona o ser humano).
El italiano (italiano, lingua italiana) es una lengua romance. Hay un gran número de dialectos italo-romanos, en ocasiones con ininteligibilidad difícil.
El italiano moderno es, como toda lengua nacional, un dialecto que ha conseguido imponerse como lengua propia de una región mucho más vasta que su región dialectal. En este caso se trata del dialecto toscano de Florencia, Pisa y Siena, que se ha impuesto no por razones políticas, económicas o militares como suele ocurrir, sino debido al prestigio cultural que llevaba consigo al ser el idioma en el que se escribió La Divina Comedia, que se considera la primera obra literaria escrita en la "lingua moderna". El toscano es en efecto la lengua en la que escribieron Dante Alighieri, Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio, considerados los tres grandes escritores del Prerrenacimiento italiano.

La más extendida es la que separa a dicho grupo de lenguas en dos ramas:

La oriental, que incluye al rumano (dacorumano) y arumano (macedorumano) y la vertiente occidental, a la vez dividida en lenguas galo-ibéricas como el francés, las demás lenguas de oil, el occitano, francoprovenzal, retorromano, las lenguas galo-italianas (lombardo, piamontes, emiliano, romañolo y ligur) y el Veneciano.

Fonética y pronunciación
El italiano, al igual que el español, tiene una ortografía altamente fonética, es decir, existe una correspondencia considerable entre la lengua escrita y la oral. Se caracteriza por la conservación de las vocales y consonantes finales, y por la pronunciación de las consonantes geminadas (consonantes dobles). El acento tónico se encuentra normalmente en la penúltima sílaba, pero también puede estar en la última o en la antepenúltima, en cuyo caso se indicará mediante un acento ortográfico.

Algunas reglas de pronunciación pueden, sin embargo, confundir a los hispanófonos. Por
ejemplo, la c seguida de e o i se pronuncia "ch" (IPA /tʃ/), mientras se pronuncia /k/ delante de a, o, u. Para mantener el sonido /k/ delante de e o i, habrá que añadir una h: chiamo se pronuncia "kiamo" (IPA /'kja.mo/). Para obtener el sonido "ch" delante de las demás vocales se añade una i: ciao se pronuncia "chao" /'tʃao/ (la i no se pronuncia)
Los dialectos de Italia
Italia es uno de esos países donde las formas de hablar varían de región en región. Si usted desciende de italianos, conocer estos dialectos le resultará útil para descubrir más detalles de los propios orígenes.
Los dialectos en la Italia de hoy tienen sus orígenes en una forma hablada del latín (latín vulgar), en uso durante el Imperio Romano. Este latín vulgar tuvo, sin lugar a dudas, sus propias peculiaridades luego de la caída del Imperio. La inestabilidad política que siguió a las reglas romanas permaneció en Italia hasta a reunificación como una nación en el siglo diecinueve.
Este largo período de fragmentación y el hecho de que el latín clásico era preferido como lenguaje internacional de estudio permitió que varias formas habladas se desarrollaran hasta que pudieran ser reconocidas como diferentes lenguas.
Con la reunificación política de la península y el grado de viajes y mudanzas que comenzó a tomar lugar, la necesidad de un lenguaje nacional se hizo más urgente. Esta necesidad se observa a través del lenguaje literario, que está envuelto de una forma estandarizada de Florencia.
Hoy en día, gracias a programas educativos agresivos, el lenguaje literario es usado en todas las regiones del país para el derecho, los negocios y la educación. Los dialectos han sido relegados al uso doméstico o entre vecinos cercanos en vecindades urbanizadas y villas.

Dos grupos de dialectos
Existen dos grupos principales de dialectos Italianos, exceptuando el grupo de Cerdeña, que es considerado enteramente como otro lenguaje. Esos dos grupos están separados por la línea Spezia-Rimini, nombrada por dos ciudades cercanas por las que pasa. Esta línea va, de este a oeste, a través de la península, en mayor parte siguiendo el límite entre Toscana y Emilia Romagna.
De este modo se dividen en dialectos del norte (septentrionales) y del centro-sur (centro meridionales).
Los dialectos del norte o septentrionales están divididos en dos grupos importantes: el más grande geográficamente es el grupo ítalo-galo, que incluye las regiones de Liguria, Piamonte, Lombardía y Emilia Romaña, así como partes de Trentino-Alto Adigio. Ha sido nombrado por los galos que en un momento desabitaron esta parte de Italia y quienes, según parece, dejaron trazos de su lengua celta en los dialectos modernos. El siguiente en amplitud es el grupo veneciano, cuyos límites siguen a los de la región del Véneto.
Los dialectos centro meridionales son cuatro grupos diferentes. El grupo toscano ocupa un área que aproximadamente cubre a la región de Toscana. Al sur están los dialectos de Lacio-Umbría-Marcas, que ocupan la mitad del norte de Lacio (incluyendo Roma), la mayor parte de Umbría y parte de las Marcas. Esos dos grupos son también conocidos como los dialectos centrales.
Directamente debajo de ellos están los dialectos meridionales con dos tipos principales. El meridional intermedio que ocupa la mitad inferior de la península, incluyendo las regiones del sur de Lacio, Abruzos, Molise, Campania, Basilicata y partes de Puglia. Los tipos de Calabria, Puglia y Sicilia, se caracterizan como del grupo meridional extremo.
En Italia hay también dos otras lenguas romances. El ladino es hablado en el extremo noreste de Italia; si bien hay un tipo diferente en Friuli, y otro en las montañas Dolomitas. El cerdeño es hablado en la isla de Cerdeña dividido en dos dialectos diferentes.
Los dialectos italianos son también hablados fuera de Italia. Los dialectos istrianos están restringidos a la porción sudoeste de la península de Istria, en la actualidad Croacia. Esos, junto con los dialectos venecianos hablados en el norte, son del tipo septentrional. El hablado en la francesa isla de Córcega, entra dentro del grupo centro-meridional.

Algunas características
• Milán
El dialecto de Milán o milanés es clasificado como un dialecto septentrional, específicamente en el grupo Italo-galo. Así como en el alemán o el francés, las vocales con diéresis como la ö ó la ü están presentes.
• Venecia
El veneciano es, como el milanés un dialecto septentrional pero ubicado en un diferente sub-grupo: el veneciano. Al contrario que el milanés, el veneciano no tiene vocales con diéresis pero tiene algunas coincidencias con los dialectos toscanos del sur. El verbo xe reemplaza en la tercera persona al standard é (es) y sono (son). Las consonantes dobles están muy extendidas, además del uso del artículo masculino el (il).
• Florencia
Los dialectos toscanos, incluyendo al de Florencia, son los más conservadores de los dialectos italianos. Un ejemplo de esto está en la retención del grupo consonante –nd- como en quando, cuando en la mayoría de los dialectos ha derivado en –nn-, por ejemplo quanno.
Esto es también notorio en el moderno italiano estándar, el cual está basado en la literatura florentina de Dante y Petrarca. De todos modos hay algunas peculiaridades locales que diferencian el florentino del italiano estándar. El más llamativo es el llamado “gorgia Toscana”, donde la aspiración que se produce parece tener sus raíces en la fonología etrusca. “Gorgia” tiene un sonido como el chi griego o la ch alemana, similar a la h inglesa. Por eso oímos chasa por casa. Una aspiración similar ocurre antes de la t media.
• Roma
En el romano, pueden observarse algunas desviaciones del italiano estándar. En primer lugar, la –nd- es comúnmente derivada en –nn- como en quanno (quando), monno (mondo).
La –gl- (similar a la –lli- en million en inglés) es realizada como una -j- (pronunciada como la y inglesa). Por ejemplo vojo (voglio), maja (maglia).
También puede observarse a la –r- sustituida por –l- en algunas posiciones: er core (il cuore).
• Nápoles
El dialecto napolitano es el más conocido además del lenguaje estándar y esto se debe a su uso en populares canciones italianas.
Es un dialecto típicamente meridional, en el cual la inicial –chi- toma el lugar de –pi-, como en chiú (piú).
Además, las vocales sin acento son generalmente pronunciadas como vocales indiferenciadas. Los artículos (exceptuando -ll’-) en napolitano están unidos a un apóstrofe: ‘o libbro (il libro).

Las lenguas romances derivaron de una protolengua: el latín, lengua indoeuropea del grupo itálico que comenzó a hablarse en el Lacio, región del centro de Italia. El denominado “latín vulgar” fue el que sentó las bases para crear una gran familia lingüística, pues era el hablado en el Imperio Romano. Se difundió, pues, conforme las legiones romanas conquistaban nuevos territorios. Así impusieron esta lengua para llevar a cabo principalmente las funciones administrativas. El “latín vulgar” logró mantener cierta uniformidad, pero con el paso del tiempo dicha rama fue variando de región a región. Al sobrevenir el fin del dominio romano, el latín se transformó hasta dar origen a las lenguas romances.

El “latín vulgar” era diferente del “latín culto”: el segundo se utilizaba principalmente para escribir. De hecho, es la lengua con la que se hicieron aquellos textos que hoy en día conocemos como “clásicos”. Además, era hablado sólo por los miembros de los estratos sociales más altos; en cuanto a su forma y estructura, era rígida y cerrada al cambio. Por su parte, el “latín vulgar” o “discurso plebeyo” tuvo, por decirlo de algún modo, un proceso de desarrollo más libre. Era la lengua del pueblo, de los comerciantes y de los soldados.

La ramificación del “latín vulgar” en las diferentes lenguas romances se dio en un proceso continuo, en el que no se han podido trazar líneas divisorias precisas. Entre las lenguas romances podemos mencionar el italiano, el portugués, el francés, el rumano, el sardo y el español. El italiano es el sistema que ha sido más fiel al latín; mientras que los otros, por su lugar de origen y situación geográfica, a través del tiempo han recibido influencia de familias lingüísticas como la germana, eslava, árabe y, en el caso de América, de diversas lenguas indígenas. Lingüísticamente, al escuchar cómo se expresan hablantes de diversas lenguas romances, resulta obvio —a pesar de las diferencias— que provienen de la misma protolengua.

Idioma grecocalabrés

El dialecto grecocalabrés (también llamado grecobovesiano) es la versión del grecoitaliano usado en Calabria, en contraposición al otro dialecto grecoitaliano hablado en la denominada Grecìa Salentina. Las dos lenguas grecoitalianas son frecuentemente mencionadas conjuntamente como “lengua grecoitaliota” (Κατωιταλιώτιικα o kato-italiótika, palabra cuyo significado es ‘bajo-italiano’ y, más exactamente por el contexto ‘griego italiano meridional’), grecánico o griko, aunque estas dos versiones son diferentes en su desarrollo histórico. El dialecto grecocalabrés usualmente es llamado por sus hablantes “(lengua) grika”.
Difusión en el pasado
Esta lengua fue hablada en todo el sur (Provincia de Reggio Calabria) hasta el siglo XV ó XVI, momento en el que empezó a ser reemplazado gradualmente por el dialecto romance (dialecto calabrés), incluso habiendo influencias del griego calabrés en la gramática y en una gran parte del vocabulario.
Durante la era angevina el idioma griego se hablaba en un área muy amplia entre Seminara, Taurianova, el valle de Mésima y la meseta de Poo. Un breve análisis histórico ilustra claramente la progresiva desaparición del idioma griego desde el siglo XVI hasta nuestros días.
Alrededor de mitad del siglo XVI este idioma ha desaparecido de los campos de Petrace, particularmente en el valle alto de Diverso y Tasi. Durante el siglo siguiente la regresión se extendió a algunos valles en la zona oeste de Aspromonte, junto al Estrecho de Messina, como en los valles de Catona y Gàllico.
Durante el siglo XIX la lengua se perdió en algunos pueblos como Pentedattilo, Africo, Brancaleone, Motta San Giovanni, Montebello, San Lorenzo, en el lado jónico de Aspromonte.
En los primeros años de siglo XX esta tendencia se extendió a las ciudades de Palizzi, Staiti, Cardeto, Roccaforte del Greco, Amendolea y Condofuri.
Lingüística y etnografía
A la par del italiano normativo impuesto a partir de los 1920s, se habla la lengua local, el idioma calabrés bastante distinto del italiano propiamente dicho, y muy influido por el griego, el árabe etc; aún el calabrés carece de oficialidad y como otros "dialectos" en Italia, ha visto disminuir paulatinamente el número de sus hablantes. En el extremo norte de Calabria el calabrés ya presenta semejanzas con el napolitano o campanio mientras que en el sur son muy fuertes las semejanzas con el idioma siciliano.
Grecocalabreses
Desde la Antigüedad y hasta el siglo XVI el grecanico o griego calabrés era el idioma usual en toda la Calabria Meridional, pero su área se ha ido restringiendo hasta el actual enclave de la Bovesia.
Italoalbaneses
En diversos puntos del norte de Calabria existen localidades en las cuales se habla el arbëresh un dialecto del idioma albanés, en su variante tosca, traído por unos 300.000 refugiados a fines del siglo XV e inicios del siglo XVI, estos albaneses inicialmente se asentaron en Collenza luego fundaron importantes comunidades en la Piana de Síbari y en la región comprendida entre Savelli y Cirò Marina, de modo que en la actualidad se cuentan más de veinte localidades italoalbanesas, entre las que se destacan (primero el nombre oficial italiano, seguido el nombre albanés)
La Lengua Italiana
Esta lengua pertenece a la rama itálica de lenguas indoeuropeas. Es oficial en la República de Italia donde, incluyendo sus variedades lingüísticas, supera los cincuenta millones de hablantes. Asimismo, es cooficial en Suiza y, por fenómenos migratorios, utilizada en pequeñas comunidades de América y el norte de África.

Durante su desarrollo se desprendieron del italiano más de doscientos dialectos divididos en dos grupos principales. El primero se conforma por los dialectos del norte o septentrionales, y el segundo por los del centro-sur o centro meridionales, que a su vez se ramifican en el ítalo-galo, común en Liguria, Piamonte, Lombardía, Emilia Romaña, Trentino-Alto Adigio y el veneciano, de Venecia.

Los centro meridionales se diversifican en cuatro grupos. Los dos primeros se conocen como centrales y son parte de ellos el toscano, de Toscana, y los dialectos de Lacio-Umbría-Marcas, que ocupan la mitad del norte de Lacio, incluyendo Roma, Umbría y las Marcas. Los que restan se han llamado meridionales: el intermedio común en el sur de Lacio, Abruzos, Molise, Campania, Basilicata y partes de Puglia; y el externo utilizado en Calabria, Puglia y Sicilia.

En Italia existen otras dos otras lenguas romances: el ladino, hablado en el extremo noreste del país y el cerdeño, propio de la isla de Cerdeña. Los dialectos italianos son utilizados al cruzar las fronteras; por ejemplo, los istrianos están restringidos a la porción sudoeste de la península de Istria, hoy Croacia; estos pertenecen al grupo septentrional; mientras que el utilizado en la isla francesa de Córcega pertenece al grupo centro meridional.

La multiplicidad de dialectos que surgieron en Italia y la afán de los habitantes por lograr una unidad lingüística en toda la península, hicieron que se aceptara como lengua oficial el italiano, que se basa en el dialecto toscano-florentino; por considerarlo el más puro heredero del latín clásico.

El dialecto toscano-florentino alcanzó su máximo esplendor durante el siglo XIV por varios factores; en primer lugar por su situación geográfica —era la lengua hablada en el centro de la península—, entonces, la Toscana y, particularmente, Florencia era la ciudad productiva económica y culturalmente de la región. De ella son originarios tres de los más grandes autores de la Edad Media y el Renacimiento italiano: Dante, Petrarca y Boccaccio.

En 1583 se fundó la Accademia della Crusca, misma que se constituyó en la autoridad oficial en materia lingüística, con ella se pudo crear la norma, con el fin de regular la evolución del italiano, lengua que, aunque conserva su condición de clásica en lo referente a pronunciación, sintaxis y léxico, ha aceptado los cambios inherentes a cualquier lengua viva.

Es decir, el italiano contemporáneo tiene muchos elementos del latín clásico, pero su léxico ha sufrido las transformaciones necesarias para seguir siendo funcional para los hablantes. Los cambios fonéticos sucedidos desde el latín están reflejados en su ortografía, que es principalmente fonética, por lo que cualquiera que sepa latín u otra lengua romance, puede aprender italiano con cierta facilidad.

Concettina Collura